Lo primero la participación de las familias. Una vez recopiladas las flores o las plantas, las expusimos cerca de la luz, para que crecieran sin problemas.
Les pusimos los nombres de las plantas y del niño para así reconocerlas sin problemas. Al final del proyecto cada peque se llevó su planta para casa.
En cuanto a nuestro huerto, usamos botellas de plástico vacías y las recortamos por un lateral. Usamos cuatro semillas: de girasol, lentejas, garbanzos y les fabes. Rellenamos las botellas con tierra, les echamos las semillas las regamos y esperamos a que germinaran.
Los garbanzos en sus primeros días. Luego salieron algunos más. E incluso crecieron bastante más.
¡Menos mal que pusimos guías!
Para el girasol, usamos pipas naturales (sin sal quiero decir), y a pesar de que no estuvieron todo el momento al sol, no tuvieron problemas para crecer. Como su tallo era muy débil les pusimos guías.
Las fabas, en asturiano les fabes. Salieron muy rápido y crecieron muy rápido.
También necesitaron guías por el peso del tallo.
Y después teníamos pensado trasplantarlas en el huerto que preparamos para todo el centro, pero no tuvimos suerte al no aguantar y se secaron antes de realizar la actividad del huerto en común. Aún así los peques disfrutaron rellenando las botellas, rellenando de tierra y regando para que germinaran.
No hay comentarios:
Publicar un comentario